Seguro que has escuchado hablar sobre el xilitol en muchas ocasiones, sobre todo en anuncios de televisión sobre dentífricos, caramelos y chicles, ¿verdad? ¿Y si te dijéramos que tu propio cuerpo lo produce en muy pequeñas cantidades? Aunque pueda resultarte extraño, ¡así es!
El xilitol es un edulcorante natural que, a diferencia del azúcar, no perjudica tu sonrisa. No obstante, puede ayudar a prevenir la caries dental en determinadas concentraciones. ¿Sabías que lo encontramos en la corteza de los árboles y de las plantas? Asimismo, también lo podemos hallar en ciertas verduras y frutas como las fresas, las ciruelas o la coliflor.
Desde tu clínica dental en Barcelona de confianza, te contamos cuáles son sus principales beneficios a continuación:
Principales características y beneficios
- Endulza prácticamente igual a la del azúcar pero siendo mucho más saludable.
- Reduce el riesgo de formación de placa bacteriana y de caries.
- No tiene un regusto desagradable.
- Ayuda a equilibrar el PH bucal.
- Previene el crecimiento de bacterias productoras de ácido.
- Es bajo en calorías.
- Ayuda a disminuir la inflamación gingival.
- Incrementa el flujo salival, lo que contribuye a reparar el esmalte dental y a limpiar la cavidad oral.
El xilitol es un tipo alcohol de azúcar que se extrae del abedul y que no es fermentable por las bacterias orales, es por este motivo que posee cualidades anticaries. Por otra parte, se descompone de diferente forma al azúcar, por lo que mantiene el pH oral neutro y previene la desmineralización del esmalte. Tiene dos principales ventajas: reduce la incidencia de caries y previene su aparición, ya que con su consumo las bacterias no se reproducen.
La caries se desarrolla cuando las bacterias presentes en la boca consumen los azúcares provenientes de los alimentos y los convierten en ácidos que atacan al esmalte de la dentición. Los ácidos que se forman durante este proceso ocasionan la desmineralización del diente y la aparición de la enfermedad. Esta situación tiene lugar, por ejemplo, con el consumo excesivo de azúcar y la acumulación de placa dental, además de las consecuencias surgidas tras una higiene bucodental deficiente.
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